Solo un peo suyo
El día de hoy don @un.tal.dominguez
Nos presenta un texto de su obra: "Visión Sombrías" (2022)
Y aprovechamos de desearle un muy feliz cumpleaños, a nombre de @escritoricos_anonimos
Que este año se cumplan tus metas y logres en ese gran desafío que sabemos saldrás triunfante.
Todo el mundo se fijaba en las cosas lindas. Los artistas, los poetas, aquellos que en la estética o en la rima enaltecían lo superficial.
Nadie se acordaba de los peos, de esos gases que salían de dentro. A veces me acordaba de ella, de su carita, su pelo, los peos que también se tiraba.
Ella igual era hedionda, siempre se reía, decía que estaba hinchadita.
Al menos eran algo sincero, algo etéreo y medio descompuesto, directo desde sus entrañas, y lo más profundo de su interior. ¿Acaso había algo más honesto y real que un peito?
Podía haber tenido pololas más bonitas, o más flacas (...) pero con nadie había tenido tanta confianza, tanto amor. Hasta sus peos se los celebraba, ya me los conocía, y me daba la confianza como para hacerlo, y también sentirlo cuando me agarraba la manito y la ponía ahí detrás:
- ¿Lo sentiste?
-Si, si... Así, puuufsh.
-Está llondo.
-Uy, mi olorocita, tan gaseosa. Te amo.
Por eso. No todos los peos eran malos, ya de la mayoría no me acuerdo, si contara todos los que alguna vez me he tirado me faltarían dedos, aunque los pidiera prestados. Pero nadie me había querido así, con nadie los había compartido, ni tenido esa seguridad como para hacer eso. Aún recordaba ese día, su carita rojita, su risa de vergüenza, mi olor que le gustaba. Cualquiera podría regalarte una rosa, o dedicarte un poema. Pero no todos te aceptarían tal cual eres, con tus defectos, y tus olores.
No cualquiera te olía un peo. No todos podían así valorar un gas, y valorar tanto ese momento tan sincero. Nos tirábamos chanchos, comíamos golosinas en mi cama y nos follábamos rico. Quizá en ese momento me tapaba la boca o me echaba para atrás, pero sin duda no quería irme. No quería alejarme de ti por tu hediondez, como tampoco ahora podía olvidarte, por más que el instinto me dijese lo contrario.
Pero tenía que hacerlo, me hacía mal, como un peo atravesado que no quería salir, y que había que dejar atrás. Ya era mucho por hoy, adiós mi llondita hermosa, éramos como Fiona y Shrek.
Siempre te tendría en mi recuerdo, con olor incluido.
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