Me importa un copi (capítulo 2)



Por Karmaclismo Humo

"En la senda del perdedor 
yo soy ganador
Y poco importa
No interesa"
Fiscales Ad-hoc
Partiré mencionando que en la única clasificación en que me siento cómoda es la de misántropa. Ni siquiera sé si el término puede usarse en femenino según la RAE y su prostituto diccionario, pero me cae mal el ser humano. 
Me caen mal en general. Debo admitir que en particular hay quienes roban mi corazón, pero cuando se vuelven normales, o sea desleales, los devuelvo al mismo saco de odio masivo y me invaden las ganas de retribuir con la misma moneda. No me haré la santa, más de una vez lo he hecho, he herido, pero, a la mayoría, ni les razguñan mis arañazos. De gritos y patadas al viento no paso. Mis verdaderas vendettas demoran tanto en guisarse, que me destrozan antes de abrir fuego.
@Katmaclismo_humo



La gente, por lo que he observado, no le cuesta mucho traicionar. No sé si es la regla general para ellos o conmigo hacen la excepción, pero mi tolerancia a la humanidad es un pasivo alarmante. Mi falta de paciencia, la inexistencia de esta, se puede explicar, pero con carreteras de hojas que detallen todos los chascos que he tenido con las personas que abusaron de mi confianza. Es más, de eso se trata mi literatura, de mis fracasos... tienen rostros.
Soy tan misantropa, que hasta el paradigma de la misantropía, Bukowski, me terminó cayendo como el copi. Admito que el tipo me enterneció con "La senda del perdedor", el primer libro que leí de él. La relación con su viejo la imaginé como la de mi papá con el suyo. Me conmovió cuando Hank conoció a su abuelo y supuse que en su recuerdo descansaba su característico hedonismo, en la figura que se oponía al frío padre, agresivo y castigador. 
@Katmaclismo_humo




Me dio pena, empaticé, entendí su asquerosa
sinceridad, su resentimiento crónico, su cararajismo original para la época. Pero al leer un par de libros más de su narrativa - uno de poesía- y el último que escribió, creo: "El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco", sentí que toda la ropa que le presté, por ser un troglodita inteligente, fue innecesaria, sus adeptos son trillones, y falsa, el tipo no era tan inteligente como se creía, no por su falta de lucidez, sino porque se sentía el puto Dios. 

Pensándolo bien, quién no se cree el puto Dios en esos ambientes, ¿todos?, pero él lo expresaba. Sinceridad. Punto para Bukowski. 
De todas formas, su trogloditismo incomoda a ciertas edades y sensibilidades.

@Katmaclismo_humo


 
Pero entre él y Jodorowsky -opuestos complementarios en astrología- lo prefiero cien mil veces. ¿Será porque con Jodorovsky y yo tebemos el mismo signo y los semejantes se repelen? No sé, pero no le compro.
 Bukowski celebraba su narcisismo borrándose en estímulos. Jodorovsky, en su discurso, no lo percibe, lo ignora. Lo malo es que su arte "terapéutico" o "espiritual", del que se jacta, discordia de su autoestima. Tal vez esas apreciaciones debiera guardármelas. Admito que sólo ubico un poco de su esoterismo y algunos textos leídos por Moisés -otro timador, pero afectivo-. 
Esta comparación de peras con tocino no pega, es verdad. A veces mi cerebro hace esos link que nadie entiende. Lo siento, no pienso como Ud., señor lector, y Ud. tampoco piensas como su vecino, así que esa denostación mental que mis letras impulsó, dilúyala en su consciencia.

@Katmaclismo_humo



Hoy todos nos clasificamos para ser parte de algo, identificarnos, por lo que, como soy misantropa, salpicaré odio, pero, ante todo, explicado. Quiero que se entienda porqué pienso que los humanistas se deshumanizaron. Que muchos de los estudiantes de ciencias sociales, educación y también los artistas, nos volvimos lo que renegabamos: una versión de nuestros padres más neoliberalizadas (iba a decir capitalizadas, pero sospecho que ni mi generación, ni las venideras, hemos juntado más que deudas).
Neuróticos, estresados y narcotizados -por drogas con o sin prescripción-, gente odiosa, realmente odiable, lo que no queríamos ser.

Pero no siempre fui lo que detesto, 
y, ¡puta!, qué he querido.

@Katmaclismo_humo



Todos intentamos encajar.
 Pertenecer.
Ser felices.
Amar.
Ser amados.
Cuando noté que eso era sólo para los demás, me importó nada, un copi, manifestar mi absoluto desencanto por los que me excluyeron de su sistema. Ya no dejaré que me sigan discriminando, rechazando, haciendo al lado, robando crédito y timando in my face.
Fueron décadas jugando con cada ilusión. 
Hoy daré testimonio para que nuevas generaciones no caigan en las trampas que caí.

Con toda sinceridad no respeto al nacional. Si me mencionan al chileno, en genérico, no se me vienen calificativos muy elevados a la mente, al contrario, el insulto me sale a flor de labio. Son los que me han cagado.

@Katmaclismo_humo




 Y me dirán: "no generalices"; "es que no has salido"; "no eres cosmopolita", "no has permitido que te caguen en el extranjero". Puta, ¡no!, con lo que me han metido la falange en el recto acá me basta y me sobra.

De todas formas, me prometí que esto sería una novelle, no una saga, como se transforman la mayoría de mis escritos, y, lo peor, inconclusos. Intentaré ser concreta, algo difícil si quiero explicar mi odio y este se comprenda, que no provoque un rechazo automático, que, si me hacen a un lado por lo menos sea con fundamentos.
 Tampoco quiero que se vuelva un soso relato que no cumple lo que promete, como la mayoría de la gente. Yo no soy gente y no empeño mi nombre en falso. 

@Katmaclismo_humo



Pero tengo que entregar un proyecto en marzo (¡el primero serio de mi vida!) y no lo he terminado. Es más, este texto es rabia y procrastinación.  
Me cuesta terminar los libros y, también, concluir mis escritos. Siempre parto mis proyectos narrativos más extensos, cuando me bloqueo en los que debo concretar. Bueno, me pasa en todos los aspectos de mi vida. 
Por eso, mientras escribí "Birdman" -novela que craneé alrededor de diez u once años-, comencé varios proyectos más, siguen archivados y sin fecha de término, pero uno se obstinó en germinar. Y, ahora, bloqueada en la parte más desestabilizante de la trama, necesité un desvío para descansar mis pasiones y, aprovechando el impulso, gritar mi frustración al mundo virtual -y tampoco está de más para aceitar el estilo-.  

@Katmaclismo_humo


A lo que voy, es que esta novelle se escribirá en 
el camino, in situ, por lo que, tendrá inconsistencias, posibles reiteraciones de ideas, errores ortográficos y una narración no tan cuidada. No soy editora, y no tengo tiempo para el nivel de prolijidad que requiere un texto a la cocción y temperatura precisas.
Además, ya me caen medio gordo los editores que he tratado. Es más esta ira se ha concentrado en el primero que conocí en persona, le llamaré: el Ramonero. 
A eso me refiero con que la temperatura no es la adecuada. La narrativa, desde mi visión, se reflexiona en frío, decanta mientras se reescribe y corrige. Yo estoy mordiendo mi rabia.
Alguna vez, escuché a Fuguet en una entrevista -o quizá lo leí en "Apuntes autistas", - decir que no es conveniente que un editor sea, a la vez, escritor. Lo apaño en eso, veo cierto conflicto de interés. Pero, al lugar donde llegué; el mundo de las editoriales independientes; es tierra de nadie.

@Katmaclismo_humo
 


Reglas propias, que se rompen con propiedad, y 
nadie dice nada. Muchos escritores han pasado malos ratos, lo noto en los berrinches por internet. Además, los pocos que he conocido, con publicaciones independientes, han tenido algún chasco con editoriales, incluyendo al inspirador de este humilde relato; el Ramonero, pues también es narrador. Es más por uno de sus libros llegué a él.
Una de mis fuentes -pues en este oficio hay que investigar-, me comentó que la editorial que publicó su primera novela, a la que llamaremos: "Boca fogosa" -sobre la que reflexionaré en capítulos venideros, no hay apuro-, parece que lo estafó con plata. 

Qué lata olvidar de donde vienes, lo que costó, cuántas veces ignoraron tus ilusiones, volverte indolente a decepcionar.

@Katmaclismo_humo


De todas formas no pongo en duda dicha información. El fulano, que dicen lo timó, también editó el libro de un amigo y creo que se lo cagó tantito. No cumplió el acuerdo, pues el trato era la edición de tres libros, por un monto pagado, y sólo publicó uno, jamás lo publicitó y la edición no me gustó, la sentí apurada. Yo tuve tratativas negociales con él, pero no confié. Es que, en el lanzamiento del libro de mi amigo, su aspecto me hacía pensar que editaba borrado en excesos. 
Yo escribo volá y, también, cuando me afecta una derrota o dolor difícil de sobrellevar, tomo sola -soy misantropa, insisto-, pero considero que el director de una editorial debiera transmitir algo de control y prolijidad. Este tipo, al que llamaré: Mr. Pollo, no me daba esa impresión. Su tarifa por página era económica, lo me hizo sospechar. Finalmente, desapareció la foto de su perfil de WhatsApp, ya que no le envié mi borrador.

@Katmaclismo_humo

Para dar un poco de contexto a la historia; el 9 de enero del año 2020 perdí mi último empleo y comencé el proyecto literario que debo concluir en marzo. Mi intención, en un principio, era enamorar a Moisés con mis letras; el único colega amigable en esa pega; a parte de Ralph, mi jefe directo y uno de los mentores de mi escritura. 
A pesar del ingenuo coqueteo que creí haber tenido con Moisés, a penas comenzó la pandemia y nuestra real "amistad", a la que yo llamaba, de tozuda : "relación platónica" y que, en un comienzo fue virtual, él empezó una relación amorosa informal, con la que, para mí, fue una presencia constante. Nunca la conocí, pero fragüe y soñé las angustias más intensas durante los cinco años venideros.
 La confirmación de mis sospechas llegó en julio de ese año, luego de tres preguntas, que pensé mucho pronunciarlas. En esos temas soy una cobarde.

@Katmaclismo_humo
La cita fue por video llamada, pues el temerario Moisés camuflaba las verdades desde el sur del país, refugiado en su familia, la que tuvo oportunidad de disfrutar gracias a la pandemia y el teletrabajo, después de una década alejado por radicarse en Santiasco.
"¿Te gusta alguna mujer?"; "¿has tenido intimidad con ella?"; "¿qué sientes por mí?".
Sus respuestas, tan ambiguas como parecían sus sentimientos, fueron un aliciente para no decaer en mis intenciones amorosas. Me sentía enamorada. Es más, creí que estaba destinado para mí, ya que no calzo con nadie.
No terminé la novela, la segunda (¿ya para qué?), y cómo son un mono porfiado que no se rinde en esas lides, una kamikaze emocional, decidí jugármela. Claro que mis estrategias de conquistas son pésimas, por algo soy solitaria. No sé qué me hizo pensar que si era uno de los correctores de "Birdman" -pues es un gran lector- lo impresionaría con mi humor.

@Katmaclismo_humo 



Me agradó bastante escribir esa novela. Sufrí, me atrapé, tambien me bloquee por años, pero siempre tuve la convicción que la terminaría.
 Desde mi gusto el personaje era excelente. La persona en la que me inspiré tenia la originalidad y rebeldía indicadas para decir una pila de opiniones que creí necesarias de mencionar en la cultura en la que estamos plantados. 
Siempre quise que Birdman tuviese tintes cómicos, además era un interesante desafío narrar con voz masculina
Tuve una libertad expresiva incapaz de vivir en una sociedad tan obsoleta para las damas.
 Durante el primer round de nuestra "relación platónica", Moisés leyó 8 capítulos y sólo logré que me viera como "amigo". 

@karmaclismo_humo
"En la senda del perdedor 
yo soy ganador
Y poco importa
No interesa"
Fiscales Ad-hoc


Partiré mencionando que en la única clasificación en que me siento cómoda es la de misántropa. Ni siquiera sé si el término puede usarse en femenino según la RAE y su prostituto diccionario, pero me cae mal el ser humano. 
Me caen mal en general. Debo admitir que en particular hay quienes roban mi corazón, pero cuando se vuelven normales, o sea desleales, los devuelvo al mismo saco de odio masivo y me invaden las ganas de retribuir con la misma moneda. No me haré la santa, más de una vez lo he hecho, he herido, pero, a la mayoría, ni les razguñan mis arañazos. De gritos y patadas al viento no paso. Mis verdaderas vendettas demoran tanto en guisarse, que me destrozan antes de abrir fuego.

La gente, por lo que he observado, no le cuesta mucho traicionar. No sé si es la regla general para ellos o conmigo hacen la excepción, pero mi tolerancia a la humanidad es un pasivo alarmante. Mi falta de paciencia, la inexistencia de esta, se puede explicar, pero con carreteras de hojas que detallen todos los chascos que he tenido con las personas que abusaron de mi confianza. Es más, de eso se trata mi literatura, de mis fracasos... tienen rostros.
Soy tan misantropa, que hasta el paradigma de la misantropía, Bukowski, me terminó cayendo como el copi. Admito que el tipo me enterneció con "La senda del perdedor", el primer libro que leí de él. La relación con su viejo la imaginé como la de mi papá con el suyo. Me conmovió cuando Hank conoció a su abuelo y supuse que en su recuerdo descansaba su característico hedonismo, en la figura que se oponía al frío padre, agresivo y castigador. 

Me dio pena, empaticé, entendí su asquerosa
sinceridad, su resentimiento crónico, su cararajismo original para la época. Pero al leer un par de libros más de su narrativa - uno de poesía- y el último que escribió, creo: "El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco", sentí que toda la ropa que le presté, por ser un troglodita inteligente, fue innecesaria, sus adeptos son trillones, y falsa, el tipo no era tan inteligente como se creía, no por su falta de lucidez, sino porque se sentía el puto Dios. 

Pensándolo bien, quién no se cree el puto Dios en esos ambientes, ¿todos?, pero él lo expresaba. Sinceridad. Punto para Bukowski. 
De todas formas, su trogloditismo incomoda a ciertas edades y sensibilidades.
 
Pero entre él y Jodorowsky -opuestos complementarios en astrología- lo prefiero cien mil veces. ¿Será porque con Jodorovsky y yo tebemos el mismo signo y los semejantes se repelen? No sé, pero no le compro.
 Bukowski celebraba su narcisismo borrándose en estímulos. Jodorovsky, en su discurso, no lo percibe, lo ignora. Lo malo es que su arte "terapéutico" o "espiritual", del que se jacta, discordia de su autoestima. Tal vez esas apreciaciones debiera guardármelas. Admito que sólo ubico un poco de su esoterismo y algunos textos leídos por Moisés -otro timador, pero afectivo-. 
Esta comparación de peras con tocino no pega, es verdad. A veces mi cerebro hace esos link que nadie entiende. Lo siento, no pienso como Ud., señor lector, y Ud. tampoco piensas como su vecino, así que esa denostación mental que mis letras impulsó, dilúyala en su consciencia.

Hoy todos nos clasificamos para ser parte de algo, identificarnos, por lo que, como soy misantropa, salpicaré odio, pero, ante todo, explicado. Quiero que se entienda porqué pienso que los humanistas se deshumanizaron. Que muchos de los estudiantes de ciencias sociales, educación y también los artistas, nos volvimos lo que renegabamos: una versión de nuestros padres más neoliberalizadas (iba a decir capitalizadas, pero sospecho que ni mi generación, ni las venideras, hemos juntado más que deudas).
Neuróticos, estresados y narcotizados -por drogas con o sin prescripción-, gente odiosa, realmente odiable, lo que no queríamos ser.

Pero no siempre fui lo que detesto, 
y, ¡puta!, qué he querido.

Todos intentamos encajar.
 Pertenecer.
Ser felices.
Amar.
Ser amados.
Cuando noté que eso era sólo para los demás, me importó nada, un copi, manifestar mi absoluto desencanto por los que me excluyeron de su sistema. Ya no dejaré que me sigan discriminando, rechazando, haciendo al lado, robando crédito y timando in my face.
Fueron décadas jugando con cada ilusión. 
Hoy daré testimonio para que nuevas generaciones no caigan en las trampas que caí.

Con toda sinceridad no respeto al nacional. Si me mencionan al chileno, en genérico, no se me vienen calificativos muy elevados a la mente, al contrario, el insulto me sale a flor de labio. Son los que me han cagado.

 Y me dirán: "no generalices"; "es que no has salido"; "no eres cosmopolita", "no has permitido que te caguen en el extranjero". Puta, ¡no!, con lo que me han metido la falange en el recto acá me basta y me sobra.

De todas formas, me prometí que esto sería una novelle, no una saga, como se transforman la mayoría de mis escritos, y, lo peor, inconclusos. Intentaré ser concreta, algo difícil si quiero explicar mi odio y este se comprenda, que no provoque un rechazo automático, que, si me hacen a un lado por lo menos sea con fundamentos.
 Tampoco quiero que se vuelva un soso relato que no cumple lo que promete, como la mayoría de la gente. Yo no soy gente y no empeño mi nombre en falso. 

Pero tengo que entregar un proyecto en marzo (¡el primero serio de mi vida!) y no lo he terminado. Es más, este texto es rabia y procrastinación.  
Me cuesta terminar los libros y, también, concluir mis escritos. Siempre parto mis proyectos narrativos más extensos, cuando me bloqueo en los que debo concretar. Bueno, me pasa en todos los aspectos de mi vida. 
Por eso, mientras escribí "Birdman" -novela que craneé alrededor de diez u once años-, comencé varios proyectos más, siguen archivados y sin fecha de término, pero uno se obstinó en germinar. Y, ahora, bloqueada en la parte más desestabilizante de la trama, necesité un desvío para descansar mis pasiones y, aprovechando el impulso, gritar mi frustración al mundo virtual -y tampoco está de más para aceitar el estilo-.  

A lo que voy, es que esta novelle se escribirá en 
el camino, in situ, por lo que, tendrá inconsistencias, posibles reiteraciones de ideas, errores ortográficos y una narración no tan cuidada. No soy editora, y no tengo tiempo para el nivel de prolijidad que requiere un texto a la cocción y temperatura precisas.
Además, ya me caen medio gordo los editores que he tratado. Es más esta ira se ha concentrado en el primero que conocí en persona, le llamaré: el Ramonero. 
A eso me refiero con que la temperatura no es la adecuada. La narrativa, desde mi visión, se reflexiona en frío, decanta mientras se reescribe y corrige. Yo estoy mordiendo mi rabia.
Alguna vez, escuché a Fuguet en una entrevista -o quizá lo leí en "Apuntes autistas", - decir que no es conveniente que un editor sea, a la vez, escritor. Lo apaño en eso, veo cierto conflicto de interés. Pero, al lugar donde llegué; el mundo de las editoriales independientes; es tierra de nadie.

Reglas propias, que se rompen con propiedad, y 
nadie dice nada. Muchos escritores han pasado malos ratos, lo noto en los berrinches por internet. Además, los pocos que he conocido, con publicaciones independientes, han tenido algún chasco con editoriales, incluyendo al inspirador de este humilde relato; el Ramonero, pues también es narrador. Es más por uno de sus libros llegué a él.
Una de mis fuentes -pues en este oficio hay que investigar-, me comentó que la editorial que publicó su primera novela, a la que llamaremos: "Boca fogosa" -sobre la que reflexionaré en capítulos venideros, no hay apuro-, parece que lo estafó con plata. 

Qué lata olvidar de donde vienes, lo que costó, cuántas veces ignoraron tus ilusiones, volverte indolente a decepcionar.

De todas formas no pongo en duda dicha información. El fulano, que dicen lo timó, también editó el libro de un amigo y creo que se lo cagó tantito. No cumplió el acuerdo, pues el trato era la edición de tres libros, por un monto pagado, y sólo publicó uno, jamás lo publicitó y la edición no me gustó, la sentí apurada. Yo tuve tratativas negociales con él, pero no confié. Es que, en el lanzamiento del libro de mi amigo, su aspecto me hacía pensar que editaba borrado en excesos. 
Yo escribo volá y, también, cuando me afecta una derrota o dolor difícil de sobrellevar, tomo sola -soy misantropa, insisto-, pero considero que el director de una editorial debiera transmitir algo de control y prolijidad. Este tipo, al que llamaré: Mr. Pollo, no me daba esa impresión. Su tarifa por página era económica, lo me hizo sospechar. Finalmente, desapareció la foto de su perfil de WhatsApp, ya que no le envié mi borrador.

Para dar un poco de contexto a la historia; el 9 de enero del año 2020 perdí mi último empleo y comencé el proyecto literario que debo concluir en marzo. Mi intención, en un principio, era enamorar a Moisés con mis letras; el único colega amigable en esa pega; a parte de Ralph, mi jefe directo y uno de los mentores de mi escritura. 
A pesar del ingenuo coqueteo que creí haber tenido con Moisés, a penas comenzó la pandemia y nuestra real "amistad", a la que yo llamaba, de tozuda : "relación platónica" y que, en un comienzo fue virtual, él empezó una relación amorosa informal, con la que, para mí, fue una presencia constante. Nunca la conocí, pero fragüe y soñé las angustias más intensas durante los cinco años venideros.
 La confirmación de mis sospechas llegó en julio de ese año, luego de tres preguntas, que pensé mucho pronunciarlas. En esos temas soy una cobarde.

La cita fue por video llamada, pues el temerario Moisés camuflaba las verdades desde el sur del país, refugiado en su familia, la que tuvo oportunidad de disfrutar gracias a la pandemia y el teletrabajo, después de una década alejado por radicarse en Santiasco.
"¿Te gusta alguna mujer?"; "¿has tenido intimidad con ella?"; "¿qué sientes por mí?".
Sus respuestas, tan ambiguas como parecían sus sentimientos, fueron un aliciente para no decaer en mis intenciones amorosas. Me sentía enamorada. Es más, creí que estaba destinado para mí, ya que no calzo con nadie.
No terminé la novela, la segunda (¿ya para qué?), y cómo son un mono porfiado que no se rinde en esas lides, una kamikaze emocional, decidí jugármela. Claro que mis estrategias de conquistas son pésimas, por algo soy solitaria. No sé qué me hizo pensar que si era uno de los correctores de "Birdman" -pues es un gran lector- lo impresionaría con mi humor.

Me agradó bastante escribir esa novela. Sufrí, me atrapé, tambien me bloquee por años, pero siempre tuve la convicción que la terminaría.
 Desde mi gusto el personaje era excelente. La persona en la que me inspiré tenia la originalidad y rebeldía indicadas para decir una pila de opiniones que creí necesarias de mencionar en la cultura en la que estamos plantados. 
Siempre quise que Birdman tuviese tintes cómicos, además era un interesante desafío narrar con voz masculina
Tuve una libertad expresiva incapaz de vivir en una sociedad tan obsoleta para las damas.
 Durante el primer round de nuestra "relación platónica", Moisés leyó 8 capítulos y sólo logré que me viera como "amigo". 

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